Se
despertó la sombra,
callada
en el
fondo de mi espejo.
Me
agarró de la mano,
me
llevó donde viven las palabras,
y
hablamos
como
se hablan las barcas
cuando
se sienten vivas,
movidas
por el agua.
Vino
del otro lado del espejo,
de
allá donde no escuecen las astillas.
(Blanca
Sarasua)
No hay comentarios:
Publicar un comentario